miércoles, 13 de febrero de 2013

7 razones para que me elijan como siguiente Papa

Un buen día te levantas y descubres que ¡Oh! Benedicto XVI se ha bajado de la cruz.

WHYYYYYYYYYYY

El viejo semental lo ha dejado alegando que está cansado, que se le acumulaba el agotamiento físico y psicológico. Vaya hombre, yo estoy igual. 

Dicho eso, parece que a Ratzinger Z lo ponían a picar piedra mientras en el hilo musical sonaba Pimpinela a todo trapo, cuando lo único que hacía el doppleganger de Palpatine era:

Saludar

Oficiar ritos

Usar la Fuerza

Fumatas blancas

Ser trolleado por ráfagas de viento

                                                          
Invocar una Genki-dama

Y sobre todo: viajar, viajar y viajar.

Por la pinta que tiene, no parece un trabajo excesivamente duro. Hostia, los dos papas que recuerdo eran mayores de 60 años, así que si pueden unos jubiletas yo también puedo (además, siendo sustancialmente más joven les saldría más rentable por el hecho de que pueden dejarme a solas en una habitación sin miedo a que vaya estirar la pata). 

Así que a modo campaña electoral, les voy a exponer una lista a los cardenales para que se den cuenta de porqué yo, un agnóstico irredimible, y no un cardenal con furúnculos en el culo de estar sentado, debería ser el nuevo Papa. Para ello he dispuesto de una lista con siete puntos, cada cual con su importancia, para que resulte más entendible.

Vamos a ello:

1- Soy tirando a izquierdas:
Benedicto XVI ha sido conocido extraoficialmente como el papa Nazi. Yo no tendría ese problema ya que no tengo asociación política y simpatizo con las izquierdas, por lo que se me otorga automáticamente +1 a ser guay. Gracias, progres.

Suche im memory lane, ohhh

2- Restauraría la Inquisición:
Y serían un grupo rapero, I-Unit. Así le daría trabajo al supuesto "Papa negro", haciendo que fichara a Snoop Dog y Dr Dre (igual hay una segunda venida de Tupac, nunca se sabe) y se fueran a repartir flow por todo el mundo. Les cedería el Papa móvil para tiroteos si es menester, todo es hablarlo. 
Si se encontrara a alguien culpable de brujería nada de quemarlo, que queda feo, huele mal y contamina un huevo. Mejor se envía a Intereconomía de tertuliano o a leer el futuro en esos programas de madrugada cutrones.
Si eso fallase, se monta algo tipo Warhammer 40k: cyborgs enfurruñaos cazando alienígenas, herejes y demonios usándolos para mantener a raya a los tiránidos las JMJ (a estos los pondría a barrer los desiertos con cepillos de dientes, así no incordiarían a nadie y no darían el espectáculo con coreografías subnormales). 


3- No me gustan los niños:
Esperaría a que las niñas por lo menos tuvieran 18 (y comprobado para que no me pillaran con lo mismo que a Berlusconi). Los religiosos acusados de pederastia serían investigados, y en caso de ser encontrados culpables, se les vestiría de ositos de peluche, se les rociaría con feromonas de osa y se les soltaría en una jaula llena de osos gryzlies en época de celo. Luego se les excomulgaría y se les entregaría a las famílias de las victimas con un lacito, así se les pasarían las ganas de hacer de pedobear.

4- Devolvería los animales al pesebre:
Y añadiría calefacción central, una tele de plasma, un colchón de plumas (¿que es eso de que Dios nacido yazca en paja sucia? ¡Blasfemia!) y unos cuadros del Ikea para dar algo de ambiente neoyorquino.
También pondría una cocina para la virgen María para tenerla en su sitio, y una novia a San José, patrón de los cornudos, que ya está bien de tanto espíritu santo y tanta tontería, que no se lo cree nadie aquí (tds pts).

5- Haría reescribir la Biblia:
Por Stephanie Meyer, Dan Brown y E.L. James, que si han vendido tanto con esas mierdas escritas por monos mancos, habría que ser un negado del marketing para negar la evidencia.
En el caso de que no funcionara, siempre podría pedir ayuda a Stephen King, G.R.R. Martin o J.K. Rowling (donde los reyes magos serían magos de verdad enviados a proteger al mesías de los muggles). Costaría caro, y seguramente habría toneladas de cosplay al año, pero sería por un bien mayor.

San Nedardo, patrón de los hombres del tiempo y los demasiado honrados para su salud
6- Tendría un nombre badass como Papa:
 Ni Juan Pablo III ni Pío veinticatorce ni penes en vinagre: Benedicto XVI-II: la Venganza. Entonces sí que se iban a repartir unas buenas hostias en las misas...
También cambiaría la naturaleza de la fiesta de San Patricio: la haría a nivel mundial, y sustituiría la cerveza por vodka, ginebra, tequila y/o ron.

Imagen reciente de San Patricio

7- Aplicaría soluciones PRÁCTICAS a problemas REALES:
Lo primero que haría, sería prohibir a mis religiosos aceptar donaciones del Estado: ni un puto duro, todo el mundo aquí a aplicarse la regla de san Benito. ¿Qué cojones es eso de que un cura que predica las enseñanzas de un carpintero viva tan jodidamente bien? Dicho de paso, extiendo la prohibición a cualquier tipo de relación con la política: nada de meterse en opiniones del mundo secular, nada de abrir la bocaza para meter la pata y hacer que una institución tan anquilosada y amparo de ya suficientes dictadores parezca más anticuada, rancia, atrasada, conservadora, fascista y anclada en el pasado de lo que está. 
Y eso de defender a un compañero está genial, pero ¿defender a un violador, justificándolo? Declarado culpable del mismo delito, al menos a mi parecer.
¿Y esas tonterías de un altar climatizado, en los tiempos en que la economía no está para gastos (y en una comunidad autónoma donde la mayor exportación es la corrupción de sus cargos políticos)?
¿Que la homosexualidad es una enfermedad y que las personas del mismo sexo no tienen derecho a casarse?
¿Declarar el uso del condón como pecado y proclamar que la mejor solución para evitar el Sida es no tener relaciones sexuales?
¿Que las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotisas?
¿Que el aborto debe ser prohibido porque constituye un delito moral, aún cuando todo lo de antes?


No voy a negar la encomiable labor de muchos religiosos con sus obras de caridad, pero ya no estamos en el siglo VII. Muchos de ellos dedican su vida a hacer de este mundo un lugar mejor, pero también lo hacen ONG's e individuos laicos. Año tras año, la Iglesia sigue alimentando una imagen cada vez más penosa y decadente con las declaraciones de sus ministros y los encubrimientos a delitos sexuales, así como el apoyo a políticas neofascistas y esa insistencia a acumular riquezas, así como guardar libros prohibidos a toda costa.
Es irónico como el cristianismo empezó siendo una secta del judaísmo proscrita en el imperio romano, para luego sustituir a este orden que lo perseguía y hacer lo mismo con lo que no cuadraba en su orden establecido, con sus guerras de religión, asesinatos en masa y luchas internas por el poder. 
Esta gente se cree que el tiempo no pasa, y es que deberían darse cuenta de una cosa, y sólo una: no es el mundo el que se debe adaptar a la Iglesia, sino la Iglesia debería reconocer que los tiempos cambian, que lo que antes era cuestionable y vergonzoso, ahora es algo cotidiano y habitual (hablo de cosas como la cuestión de la homosexualidad, el divorcio o los padres y madres solteros). 

Citando a Cristo en la cruz: Perdónales señor, porque no saben lo que hacen.

Gunayden, mamelucos.

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